Gianni Infantino ¿Habrá revolución en la FIFA?
Gianni Infantino, se convirtió en el noveno presidente de la FIFA después de ser elegido el pasado viernes 26 de febrero en el Congreso Extraordinario de la Organización celebrado en Zurich, y en el que se dieron cita todas las federaciones afiliadas al máximo organismo del fútbol mundial.
Gianni Infantino vence a sorpresa
Infantino de 45 años fue electo presidente recién en la segunda votación gracias a los 115 votos de las federaciones participantes. Su principal rival, el jeque Al Khalifa, favorito en los pronósticos, recibió solo el apoyo de 88 federaciones. El príncipe jordano Ali bien al-Hussein y el francés Jerome Champagne obtuvieron 4 y 0 votos respectivamente. Cabe recordar que según las normas de la FIFA para vencer en una segunda votación se necesitan almenos 104 votos, y para beneplácito de las federaciones más influyentes, Infantino resultó elegido como sucesor ideal del suizo Joseph Blatter.
Gianni Infantino, de origen italiano, nació en Briga-Suiza, en 1970 y habla perfectamente el inglés, francés, alemán, español e italiano, como lo demostró en un discurso a los delegados FIFA el día de su nombramiento. “Quiero ser el presidente de todos ustedes, de las 209 naciones. Quiero trabajar junto a todos ustedes y construir una nueva era en la que se pueda poner al fútbol en el centro”, señaló.
Luego de graduarse en jurisprudencia y convertirse en abogado, decidió ocuparse de derecho deportivo, lo que le valió para ser nombrado secretario del Centro Internacional de Studios Deportivos de la Universidad de Neuchatel, en Suiza.
En año 2000 ingresó en el mundo del fútbol, más precisamente en la UEFA, como director de la división de Negocios Legales y Licencias de los clubes. Más tarde, en el 2009 alcanzó lo que hasta ese momento era el cargo más prestigioso de su carrera de dirigente: Secretario General de la UEFA.
Según el influyente diario inglés, The Guardian, Infantino es artífice de dos de las principales reformas aprobadas por la UEFA en los últimos años: la introducción del famoso “fair play financiero”, un plan para frenar las inversiones gigantescas de algunos clubs, y el aumento de 16 a 24 selecciones al Europeo de fútbol.
Reconstruir la imagen de la FIFA
Se sabe que el nuevo presidente de la FIFA mantiene una estrecha amistad con Michel Platini, de quien heredó prácticamente todas las funciones de presidente de la UEFA luego que éste fuera suspendido por seis años de cualquier cargo por violaciones éticas. Tema muy delicado que el ex futbolista francés deberá esclarecer y que ciertamente no da una mano a Infantino y menos a la ya deteriorada imagen de la FIFA.
Durante la campaña electoral, Infantino habló repetidamente de “reconstruir” la imagen de la FIFA luego de los escándalos de la era Blatter, y de su capacidad organizativa para ocuparse de la FIFA gracias a la experiencia acumulada en estos años en la UEFA. “ Si existe una cosa que conozco, son los números. Sé cuánto cuesta organizar los mundiales porque sé cuánto cuesta organizar los europeos. Sé cuánto cuesta administrar una organismo como la FIFA porque la UEFA tiene una dimensión muy parecida. [...] Cuando propongo nuevos fondos, no sólo estoy seguro que pueden ser de verdad dados, sino que hacerlo también será fácil. Cuando tienes una facturación de 5 mil millones de dólares, distribuir 1,2 o 1,3 es fácil. Sin embargo, mi objetivo es mucho más alto: dar el 50% de los ingresos de la FIFA a las federaciones nacionales”.
Entre las propuestas más visibles e importantes que Infantino intentará llevar a cabo está la ampliación del número de selecciones que participarán a los mundiales, más o menos como sucedió con los europeos – y la posibilidad de asignar a dos países la organización del mundial de fútbol.
Está claro que la FIFA en estos momentos vive una crisis, sea económica que de imagen, por lo cual, si Infantino logra recuperar esa credibilidad venida muy a menos a lo largo de todos estos años, habrá ya dado un gran paso adelante. Revolucionar el máximo organismo de fútbol mundial es la única opción para salir del hoyo en la cual la dejaron Blatter y cía, y aunque somos conscientes que se trata de una tarea muy difícil, no hay alternativa, tan solo sanarla completamente de tanta corrupción para dedicarla a quienes verdaderamente aman el deporte más hermoso del mundo: la afición.